
Mi nombre es «Àngel Caldés i Riba», artista desde que naci en constante aprendizaje y proceso de reconocimiento. Por un lado estoy yo como individuo y por otro mi proposito profesional (para algunos utopico)
Caldés i Riba es mi firma como artista, mi herencia y futuro legado, con la que espero expresarme libremente de forma sincera. La intención no es ser una marca, no tener temporadas, no tener una identidad marcada, no representar géneros, sino poder generar proyectos artisticos y que ellos mismos determinen el tiempo que merecen de dedicacion, y como quieren ser creados. Me estoy formando en
Mi idea con los looks nacientes de estos proyectos es; solo generar 2 unidades. La primera será para pasarela y exposición, guardada en la colección personal para una posible futura galería de la firma. La segunda unidad será vendida bajo subasta al mejor postor. Se producirá después de la venta a la medida del comprador (o la que sea deseada). Independientemente de la anatomía, estará pensada y patronada para el cliente.
Mi utopía con la firma es poder vivir del arte manteniendo a un equipo reducido y mimar el proyecto como se merece cada uno de ellos, sin excentricidades ni escalados, vivir lo más tranquilo posible. Pero primero tenemos que continuar aprendiendo y trabajando
Mi nombre es Àngel,
El quién soy, viene muy marcado por el de dónde vengo. Nací en un pueblecito precioso muy turístico, Peñíscola. Este me ha enseñado mucho a relacionarme y a apreciar la volatilidad del tiempo.
Soy una persona muy curiosa, con ideas a la altura de las nubes. Mi madre me ha dado alas y me explicaba que cabe la posibilidad de caerse, pero siempre merece la pena intentarlo.
Casi de forma innata, he tenido mente visionaria y un apoyo incondicional. Con 4 años, mientras mis compañeros de mayores querían ser astronautas, futbolistas, profesorxs… yo quería ser: el tío que me cobraba la luz cada vez que la encendía.
A los 15 empecé en el mundo del diseño de manera autodidacta. A los 16 creé mi primera «marca de ropa» (jajajaja). Vendí la friolera de 2 camisetas. De este intento descubrí que no era todo tan fácil, pero aprendí bastante y me llevé ropa y un concepto de marca que aún a día de hoy creo que tiene mucho juego.
Con 17 ya empecé a formarme oficialmente en diseño, cursando el módulo medio de asistencia al producto gráfico. Mi proyecto final fue la identidad gráfica de un bar de copas en mi pueblo (una idea que ya llevaba y sabía que quería hacer en un futuro).
A los 19 (nunca había pensado que tan pronto), debido al COVID, un local familiar se nos quedó disponible y me plantearon la posibilidad de crear y encargarme de Sonder, mi bar de copas. La verdad es que ha sido una experiencia llena de emociones. He aprendido mucho, mucho de la hostelería. Alguien que se encarga de tal responsabilidad no es, ni tiene que dejar que lo traten como un niño. También me ha traído experiencias inolvidables que nunca habría vivido de no ser por el bar.
El mismo año que abría el bar me estaba preparando las pruebas de acceso para derivar a la carrera de diseño de moda y continuar mi formación artística para la máxima representación del individuo y el primer prejuicio del resto.
A día de hoy, con 23, estoy en 3º de carrera y, por lo menos, me faltan 2 años más. No tengo ninguna prisa, estoy contento con mi evolución y agradezco los conocimientos que estoy aprendiendo. Muchas veces pienso en dejarlo, ya que hay una cantidad de trabajos notoria y no me gusta mucho la burocracia. Me gustaría poder hacer proyectos a parte y dedicarme plenamente, teniendo todo el proceso documentado. Pero bueno, tiempo al tiempo, que nunca es tarde si la dicha es buena.
Estoy contento con la vida que he vivido hasta el día de hoy. El futuro no me preocupa, aprenderemos a vivir con lo que venga, pero si te soy sincero tengo 3 planes en mente, en orden de preferencia:
Plan A: Ser artista e intentar ser autosuficiente como individuo.
Plan B: Ser malabarista en un semáforo. Estoy seguro de que tendría un muy buen semáforo y compartiría puente con buena peña.
Plan C: Sacarme el máster de educación y ser profe de artes.
Sea cual sea, o sea otro, si llego a la jubilación, quiero estudiar filosofía. Cada día agradezco haber tenido la oportunidad de nacer y tener consciencia como ser humano.
Si has llegado hasta aquí, muchas gracias. Yo no sé si me lo habría leído entero, pero estoy seguro de que te has dado cuenta de que soy una persona distópica a la que merece la pena tener en cuenta, nada.
Feliz día y disfruta de la existencia